Comentario
La aparición de especialistas artesanales va ligada a una mayor complejidad social, pues el incremento de la demanda de manufacturas hace que la fabricación de éstas salga del círculo familiar de autoconsumo en el que se circunscribe para recaer en personas exclusivamente dedicadas a ello o que, al menos, le dedican buena parte de su tiempo. Ya desde tiempo muy lejanos aparecen artesanos especializados en la producción de determinados objetos o servicios, que venden al resto de la población. Zapateros, posaderos, cocineros, panaderos, tejedores, etc. son oficios que surgen a partir del III milenio. En principio, estos oficios están ligados al ámbito público, controlados por el templo y el palacio. La actividad artesanal de ámbito privado no surge hasta mediado el II milenio. Los artesanos suelen organizarse en talleres familiares, en los que el conocimiento se transmite de generación en generación.
Las manufacturas artesanales aportaron muchos recursos a la economía sumeria. El conocimiento de la fundición de metales les permitió trabajar el cobre y el bronce, éste en mayor medida, con los que fabricaron armas, carros militares, joyas, herramientas agrícolas, objetos suntuarios, etc. También trabajaron la cerámica, el textil y la peletería.
Durante la III dinastía de Ur el artesanado estuvo controlado por el palacio, a través de diversos funcionarios que vigilaban a las cuadrillas de trabajadores libres o esclavos.